Del Puerto de los
Alamillos a los Llanos del Republicano
El
acceso más habitual a los Llanos del Republicano es partiendo desde Villaluenga
del Rosario, abordando los Llanos desde el Oeste. Existe otra posibilidad, aquí
presentada, que es llegar a los mismos desde el Norte, partiendo desde el
Puerto de los Alamillos.
La ruta es fácil y de dificultad baja. Para llegar al comienzo de los Llanos, y según donde te pares, puedes andar entre seis y siete kilómetros. Si llegas hasta la Sima del Republicano serán ocho kilómetros, más o menos.
La ruta es fácil y de dificultad baja. Para llegar al comienzo de los Llanos, y según donde te pares, puedes andar entre seis y siete kilómetros. Si llegas hasta la Sima del Republicano serán ocho kilómetros, más o menos.
El
Puerto de los Alamillos se encuentra entre Grazalema y Villaluenga del Rosario.
Es un cruce de carreteras comarcales (la 3331 y la 344). Entrando desde el
cruce en la carretera 344, a 100 escasos metros existe una venta a la derecha,
y un carril asfaltado que es el inicio de nuestra ruta. Dejamos el coche y
empezamos a andar. Es dirección Sureste. Para los más tranquilos o que quieran
andar menos (cuatro kilómetros menos), cabe la posibilidad de avanzar con el
coche hasta que la ruta se haga impracticable para el mismo (a la altura de la
casa de Patelagana).
Estos
primeros kilómetros, pues, son de andadura por un carril asfaltado que, entre
diversas casas, y algún que otro repecho, nos conduce a una zona amplia y
despejada, una pequeña llanura atravesada por el arroyo Gaduares (foto 1) del río Campobuche.
Foto 1.- Más allá de los coches aparcados hay un puente sobre el río Gaduares.
En
el centro de esta amplitud, a la derecha y a unos cien metros, se encuentra un
alcornoque centenario (alcornoque de las ánimas). Podemos detenernos y leer el cartel indicador con
información sobre el alcornoque. Tras ello, proseguimos nuestra andadura por el
carril asfaltado, que va dejando la dirección Sureste para pronunciarse algo
más hacia el Sur. El paisaje se vuelve a cerrar. Siguen los repechos y habrá
que para beber algo de agua.
Un
kilómetro después y tras una casi última subida, se vuelve a abrir el paisaje y
el carril nos dirige hacia una masa rocosa, tras la cual se oculta la casa de
Patelagana (foto2).
Foto 2.- Se sigue adelante y, al final de este carril, se elige la dirección a la derecha, bordeando la pequeña cordillera. Si miramos en el mapa, podemos comprobar que esta cordillera limita con la provincia de Málaga.
Vemos
que el carril se hace ahora algo más abrupto a medida que, rodeando la masa
rocosa, nos acercamos a la casa (foto 3).
Foto 3.- Estamos a menos de 1 km de la casa. Escucharemos, antes de divisarla, a algún perro que nos ladra por haber advertido nuestra presencia.
En
una curva a la izquierda encontramos la casa (foto 4). Seguimos hacia ella y
pasamos por delante de la misma, desviándonos a la derecha y dejando a nuestra
izquierda un abrevadero de animales y una cerca. Ahora ya no hay carril, y
estamos en una estrecha senda entre la cerca y un pequeño montículo a nuestra
derecha.
Foto 4.- El carril acaba en la casa. Nos acercamos a la misma y proseguimos por una senda a la derecha.
Foto 4.- El carril acaba en la casa. Nos acercamos a la misma y proseguimos por una senda a la derecha.
La
estrecha senda nos conduce a un pequeño puente (foto 5).
Proseguimos
a la izquierda por la senda, paralelo a la cerca y dirigiéndonos a una valla
situada junto a un muro de piedras (foto 6).
Cruzamos
la valla, la dejamos cerrada, y seguimos de frente por un terreno en el que se
insinúa (no está muy marcada) la senda, que ahora es algo más ancha. Tal senda
discurre pararela a una cerca (foto 7). El paisaje se ha hecho más abierto. Tenemos
cordillera a nuestra izquierda y terreno arbolado a nuestra derecha.
La
senda es llana y el terreno suele ser húmedo. Nos encontraremos con una
valla-cancela de frente (foto 8). Atención: no hay que atravesarla.
Pocos
metros antes de esta valla podemos apreciar que hay una desviación hacia la
derecha, que nos conduce a atravesar un arroyo. Es lo que hay que hacer.
Nuestra senda sigue siendo ancha y es, en la práctica, un carril para motos
camperas. Seguimos, y más adelante, encontramos otra valla (foto 9).
El
camino no tiene pérdida. Se sigue por él hacia delante. Ahora ya podemos intuir
que nos estamos acercando a los Llanos del Republicano, pues empezamos a tener
a la vista el comienzo de los mismos (foto 10).
Proseguimos
y, muy pronto, encontramos una valla (foto 11) que pasaremos para, inmediatamente, subir unos
metros hacia nuestra derecha, donde nos topamos con un carril bien señalado que
seguimos en dirección Sur (foto 12).
Unos
150 metros más adelante accedemos a una vista franca del Norte de los Llanos
del Republicano. Divisamos, a la izquierda del carril, una casa de campo en
medio del principio Norte de los Llanos (foto 13).
Hemos llegado a Los Llanos, y habremos andado entre seis y siete kilómetros. Las opciones que se nos presentan ahora son, al menos, dos. La primera es abandonar el carril y bajar a nuestra izquierda a los Llanos, avanzando entre la casa y el árbol situado en medio de la llanura, en dirección a la cordillera, para aproximarnos y llegar hasta las cercanías de la Sima del Republicano (un par de kilómetros por la llanura). La segunda sería seguir por el carril, unos tres kilómetros, hasta la zona denominada La Mesa, que nos conduce hacia Villaluenga.